Los gatos, animales extraordinariamente sensibles, experimentan sentimientos de pérdida al igual que los humanos. No se sabe a ciencia exacta si los gatos entienden el concepto de muerte, pero sí comprenden lo que es una pérdida física, por lo tanto, podrían experimentar estrés, ansiedad y depresión cuando alguien que formaba parte de su mundo, ya no está.
La muerte de un miembro de su familia, tanto humano como animal es una razón suficiente para que el gato experimente el sentimiento de pérdida.
Este sentimiento también puede ocurrir sin que necesariamente fallezca alguien, por ejemplo, el sentimiento de pérdida se puede manifestar cuando uno de los integrantes humanos de la familia se va a vivir a otro lugar, existe un divorcio, e incluso durante algo temporal como unas vacaciones familiares o un viaje de negocios.
La primera reacción del gato cuando ocurra alguno de estos motivos será la de realizar varios recorridos por la casa durante los primeros días, con la finalidad de encontrar a la persona o animal que falta. Al notar que la situación no cambia, es decir, que no aparece la persona o animal buscado, el gato comenzará a mostrarse perezoso, perderá las ganas de jugar, pasará mas tiempo durmiendo y probablemente también pueda llegar a perder el apetito.
Se recomienda buscar ayuda antes de que la situación del animal pueda agravarse, es posible que la depresión y el estrés del gato comience a desaparecer lentamente con la introducción de un nuevo miembro a la familia. En este caso se recomienda traer a un segundo gato al hogar.
En caso de que la opción de traer un nuevo gato al hogar no se pueda concretar, podemos intentar distraer al gato de su malestar con nuevos juegos, por ejemplo los juguetes de acecho y emboscada son de sus favoritos.
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