viernes, 8 de mayo de 2009

Siempre hay con qué divertirse



Bombón y Salem crecían.
Todo parecía muy tranquilo otra vez. Pero llegó Melusina.
Negriño y Gandalf la aceptaron pronto y se integró con ellos a la mala vida, de trabajo y sufrimiento que llevan los gatos en esta casa. Pero Kumari, que todavía tenía a las dos bebés, no le tenía ninguna confianza.
Era suficiente que Melusina anduviera cerca para que ella cambiara la cara de madre amorosa con que miraba a sus hijitas por la de bruja a punto de atacar.


La gata


La gata
se lame una pata y
se recuesta
en el hueco de la biblioteca
yace allí
largas horas
imperturbable como una esfinge
luego gira su cabeza
hacia mí
se incorpora
estira su cuerpo
me da la espalda
nuevamente lame su pata
como si el tiempo real
no hubiera pasado
Y no lo ha hecho
y ella es una esfinge
que posee los tiempos del mundo
en el desierto de su tiempo
Ella
sabe dónde mueren las moscas
puede ver fantasmas
en las partículas del aire
percibir sombras
en un rayo de sol
Ella oye
la música de las esferas
los sonidos que transmiten
los cables
en las casas
y también el zumbido
del universo
en el espacio interestelar
pero siempre
prefiere los rincones hogareños
y el ronroneo de la estufa


Lawrence Ferlinghetti

(Traducción de Esteban Moore)

Este texto fue tomado de: www.poeticas.com.ar