jueves, 7 de mayo de 2009

El Bosco



Tríptico de las delicias

El nombre de los gatos

El nombre de los gatos es una cuestión delicada,
no es tan sólo uno de esos juegos para un día feriado;
ustedes pensarán que estoy loco como un sombrerero
cuando afirmo: un gato debe tener TRES NOMBRES DISTINTOS.
Primero, está el nombre que la familia emplea a diario,
como Pedro, Augusto, Alonso, Jaime,
como Víctor o Jonás, Jorge o Bill Baily,
todos ellos sensatos nombres cotidianos.
Si suponéis que suenan mejor, existen nombres más fantasiosos, algunos para los caballeros, otros para las damas,
como Platón, Admeto, Electra, Deméter,
sensatos nombres cotidianos también estos.
Pero yo sostengo que un gato debe tener un nombre exclusivamente de él, un nombre especial y más digno,
de otro modo, ¿cómo podría mantener erguida su cola,
o alardear de sus bigotes, o alimentar su orgullo?
Nombres de esa clase yo puedo sugerirles muchos
Mankustrap, Quaxo, o Coricopat,
Bombalurina, o bien Jellylorum,
nombres que nunca pertenecen a más de un gato.
Pero además de esos nombres todavía queda otro,
el nombre que jamás lograremos adivinar,
el nombre que ninguna búsqueda humana puede descubrir
pero que EL GATO CONOCE, aunque nunca habrá de confesarlo.
Cuando sorprendan a un gato en intensa meditación,
la causa, les advierto, es siempre la misma:
su mente está entregada a la contemplación
del pensamiento, del pensamiento, del pensamiento de su nombre, su inefable, efable, efinefable,
profundo e inescrutable Nombre único.

T.S. Elliot

Gato lunero


Gato, gato lunero, gato de los tejados
nupciales. Brasas verdes. Degollados violines
de las siete lujurias. Ese de espadachines
mostachos y bufidos y saltos endiablados.

Ese de los atroces amores despeñados.
Lo recuerdo en Toledo y en hora de maitines,
antes de amanecer, cuando los fervorines
soñolientos despegan los párpados sagrados.

Nocturna comprensión, por fin, de las hurañas
rejas y las paredes altas como montañas
para atajar al Diablo y encerrarlo en el mundo.

Seguramente, aquel giboso garabato
felino, era una traza del espíritu inmundo
que cuela por los techos el fósforo del gato.


Enrique Larreta

- Gato con guantes no caza ratones

- Cuando el gato no está, los ratones bailan

- La curiosidad mató al gato.

- Perro y gato no caben en un saco.

- Gato escaldado con agua caliente, también teme al agua fría.

- Cuando todo se hierve, te pueden dar gato por liebre.

- Gato enfadado, araña hasta con el rabo.

- Gato maullador, nunca buen cazador.

- Jamás en el mismo plato, comen el ratón y el gato.

- No hay gato que no tenga uñas.

- Cara de beato, uñas de gato.

- Al ratón que no sabe más que de un agujero, el gato lo atrapa primero.

- El trato engendra amistad entre el perro y el gato.

- Gato con guantes no caza pero amenaza.

- El oficio del gato, pasar el rato.

- Gato dormilón no pilla ratón.

- Gato enfadado, araña hasta con el rabo.

- Hijo de gata, ratones mata.

- Hijo de gato caza ratón; hijo de pillo sale bribón.

- La presa que robó el gato, no vuelve jamás al plato.

Klee



Moma- Paul Klee

Picasso




Gato devorando un pájaro- Pablo Picaso