¿Alguna vez has pronunciado estas palabras? “Mi gato huele mal“. Pues no te preocupes porque ahora sabrás cuáles son los motivos y sus soluciones para que sepas qué hacer si tu gato huele mal.
Los motivos pueden ser desde que simplemente esté sucio por haberse manchado con la comida o jugando en recónditos sitios, hasta que esté enfermo o con algún tipo de infección. Las causas más comunes son:
- Infección de oídos. Causan dolor y mal olor, tu gato seguramente se rascará las orejas y producirá mucha cera. A veces seguro que ni verás a tu gato rascarse, pero algo que ayuda es que te fijes en la cara con pelo de la oreja. Cuando se rascan mucho se puede ver esa parte como con el pelo cortado y a veces también notarás que su gato intenta desesperadamente rascarse contra lo primero que encuentre a mano. Deberás llevarlo al veterinario para que diagnostique la causa de ese exceso de cerumen y le dé el tratamiento adecuado.
- Mal aliento. Provocado probablemente por una infección oral o algún problema digestivo. La solución la pondrá el veterinario, llévalo cuanto antes.
- Maduración sexual. Al llegar a esta etapa de la vida, los gatos machos sin castrar desprenden un intenso olor. Podrás solucionarlo llevando a tu mascota al veterinario para que valore castrarlo.
- Gases. Los gases son causa de los alimentos que ingiere, por ello, si tiene muchas flatulencias, cambia su alimentación y evita darle lácteos y alimentos ricos en granos. Si con la nueva dieta no mejora, llévalo al veterinario.
- Glándulas anales. A veces, estas glándulas se llenan y segregan un mal olor. Es algo normal y que debes limpiar de vez en cuando. Pero si ves que se repite a menudo, deberás llevarlo al veterinario ya que puede que estén afectadas.
- Parásitos. Las infecciones bacterianas y fúngicas muchas veces se producen por estar contagiados de pulgas, ácaros u otros parásitos externos. Provocan mal olor y que tu amigo peludo se encuentre enfermo. Acude a la consulta veterinaria para que detecte el parásito y le ponga el tratamiento pertinente.
- Mala digestión. Los parásitos intestinales, la sensibilidad estomacal de algunos gatos, las intolerancias a ciertos alimentos,…pueden ocasionar malas digestiones y heces blandas. Limpia bien a tu gato después de las deposiciones y si se producen diarreas a menudo consulta a tu veterinario.
Si notas que tu gato no huele como siempre ya sabes a qué se puede deber y cómo actuar; cuida su alimentación, límpialo y llévalo al veterinario cada cierto tiempo para comprobar que todo está perfecto. Tu gato disfrutará de su buena salud y tú de su compañía.