Rosie es un pequeño gatito que se encontraba en mal estado, a punto de morir. “Casi no sobrevivió a la primera noche. Ella estaba aletargada y floja, la cuidábamos constantemente. Así que decidimos jugárnosla y dejarla acurrucada con Lilo”, explicó la madre humana de Lilo en Instagram. “Milagrosamente ella comenzó a tomar leche de Lilo y esta se convirtió en un completa madre sustituta para Rosie. Incluso lo estimula para ir al baño (Esto fue muy impactante para mí). Desde entonces, Rosie ha estado sintiéndose mucho mejor y ha abierto los ojos”.
Lilo y Rosie se han vuelto inseparables. Lilo nunca ha tenido cachorros pero está claro que a esta perra no le importa en absoluto que su nuevo cachorro sea un gatito. Con la ayuda de esta perra y sus madres humanas, la pequeña Rosie se ha hecho cada vez más fuerte.
Lo de ellas es algo muy especial, porque comparten definitivamente mucho amor.
Rosie se ha integrado perfectamente a la familia de Lilo
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