Un proyecto conjunto de la BBC y el Colegio Real de Veterinarios de Reino Unido investigó cómo estas mascotas ven, huelen y sienten el mundo a su alrededor y cómo su conducta está cambiando para adaptarse a las condiciones de vida de las ciudades del siglo XXI.
Según este estudio, los gatos hoy día comparten su territorio por tiempos con otros gatos, cazan menos presas y están aprendiendo a comunicarse entre sí y con otros seres humanos.
Sus sentidos, altamente desarrollados a lo largo de millones de años de evolución, lo convierten en un depredador extremadamente eficiente.
Mirada gatuna
Los gatos ven los colores con menos intensidad, y esto les facilita concentrarse en el movimiento sin que nada los distraiga.
Además, sus ojos son grandes para el tamaño de su cuerpo, lo cual les permite ver con poca luz.
Sin embargo, no pueden hacer foco en algo que esté a menos de 30 centímetros de distancia.
Para detectar objetos que están cerca de su cuerpo, el gato se vale de sus bigotes.
Agilidad
Los gatos son los gimnastas del mundo animal.
Pueden escalar paredes verticales, saltar muros y, si fracasan en el intento, tienen la capacidad de aterrizar con sus pies.
Esta habilidad atlética se debe a que la estructura de su esqueleto es única.
Su postura agazapada le permite moverse sigilosa y silenciosamente, así como también absorber el impacto cuando cae desde altura.
Además, sus patas traseras pueden impulsarlo hacia arriba y adelante a gran velocidad.
Oído
Tienen orejas enormes que pueden rotar independientemente la una de la otra, con una capacidad de giro de hasta 180º.
También tienen un número inmenso de neuronas entre el oído y el cerebro, lo cual les permite descifrar información rápidamente.
El oído interno tiene una forma levemente diferente a la nuestra. Esto les permite oir un rango más amplio de sonidos que muchos otros mamíferos.
En total, pueden detectar 11 octavas, dos más que los seres humanos.
Así, pueden detectar criaturas pequeñas que se comunican mediante chillidos ultrasónicos.
Súperolfato
El sentido del olfato del gato es al menos 100 veces mejor que el nuestro.
Pueden distinguir entre miles de olores.
La nariz de los felinos tiene pequeños huesos cubiertos por cientos de millones de receptores que recogen muy rápidamente toda la información olfativa y la llevan a una zona del cerebro altamente desarrollada para su procesamiento.
Tienen también un órgano olfativo secundario escondido arriba del paladar que queda expuesto cuando fruncen la nariz y les permite detectar olores en el aire que respiran.
La investigación es parte del programa de la BBC "Cat Watch 2014".
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