Pueden parecer las mascotas más desapegadas,
independientes y calculadoras, pero en realidad son criaturas muy
incomprendidas. Se van, pero regresan. ¿Qué las motiva a volver?
El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo
llamen, se suele decir, y en el caso de los gatos caseros que salen a pasear
por los techos y patios ajenos es muy cierto. Al final de un día -o dos- de
aventuras, el felino vuelve a su cucha cómoda y su plato de alimento
balanceado, y quizás por eso se cree que es el único interés que lo
mantiene conectado a su hogar.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de
Oregon publicado en el sitio Science Direct demostró que a los gatos en
realidad les gusta pasar tiempo con sus humanos, ya sea porque son esclavos
eficientes o dueños amorosos (o ambas cosas). Para el estudio fueron
observados 50 gatos, 25 caseros y otros tantos de refugios. Los animalitos
fueron privados de toda interacción social, alimento, juguetes y hasta olores,
pero después de unas horas el 50 por ciento prefirió la compañía humana
a abocarse a un plato de comida.
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