domingo, 27 de septiembre de 2009

¡Qué lindo es volver a casa!

Estuve unos días fuera de casa y cuando llegué encontré estas hermosuras




Esta escena hermosa...



Y estas otras escenas de amor...



martes, 22 de septiembre de 2009

Los dos bellezos

El que está acurrucadito es Fígaro. Cielo siempre muestra la carita para las fotos.



¿Se puede imaginar algo más tierno?



Los dos hermanitos. Ella, cuando se le acerca Frodo hace fussss con toda su carita. Él, cuando toma la teta la teta, ronrones como si tuviera micrófono.


Esta que se muestra para la foto, por supuesto, es Cielo

viernes, 18 de septiembre de 2009

Leyendas del gato de los bosques de Noruega



Cuando hablamos de la raza conocida como Bosques de Noruega, hablamos de un gato totalmente natural. Estos gatos grnades, fuertes, musculosos y de pelo largo acompañaban a los vikingos en sus viajes, controlando la presencia de ratas en sus barcos. No es, por lo tanto, una raza obtenida por el hombre mediante cruces selectivos de otras razas.



Sus diversos colores tienen que ver con las distintas regiones de Noruega donde originalmente habitaban, ya que el pelaje los ayudaba a camuflarse.
Sus orígenes reales son inciertos. En cambio, se pueden rastrear sus orígenes míticos.



Desde la antigüedad estos gatos estuvieron ligados, en la mitología nórdica, a la diosa Freya, esposa de Odín. Freya conducía un carruaje que cruzaba el cielo a gran velocidad conducido por dos gatos: Bygul (abeja de oro) y Trjegul (árbol de ambar dorado). La mitología vikinga cuenta que fueron dos gatos de los Bosques de Noruega quienes vencieron al propio Thor, dios del trueno y la guerra de los vikingos, defendiendo a Freya, diosa de la fecundidad y la belleza. Thor, enamorado de Freya hasta la locura, intentó tomar el carro en brazos para llevársela y fueron esos gatos quienes impidieron a Thor que la raptara.
Estos son los antepasados míticos de los gatos de los Bosques de Noruega. Por esta antigua presencia en la tierra de los dioses, al servicio de esta diosa matriarcal, los gatos fueron bienvenidos en las granjas y grandes amigos de los hombres, desde siempre.



Otra leyenda cuenta que la reina de las hadas dio a elegir a sus compañeras algún ser que las protegiese y guiase y todas las hadas eligieron al Bosque de Noruega, que se convirtió así en el “gato elegido por la Hadas del bosque”.

Los tres gatos

Un hombre vivía solo en su casa. Sin embargo, una rata la invadió y desde ese día, el pobre hombre no podía dormir porque la rata husmeaba en los rincones, se comía su comida y amenazaba con devorar al hombre. Era una rata, digamos, gigante, muy fuerte, muy inteligente y muy sagaz. El hombre, harto de la rata, decidió buscar ayuda en el templo.

Un monje zen le dijo que la solución era fácil. Debía de conseguir un gato que pueda vencer a la rata. Así que partió hacia el pueblo. Un amigo le ofreció un gato. Era de color negro y de veía bastante robusto. Esa noche, el gato se colocó delante de la rata, la retó y peleó cuerpo a cuerpo con ella, pero fue vencido, huyendo de la casa luego de algunos minutos.

EL hombre consiguió otro gato. Uno de color pardo. El gato no era tan fuerte como el anterior, pero era muy astuto. Así que el hombre lo llevó a su casa. Esa noche, el gato y la rata se enfrentaron, pero ésta era mucho más astuta que el gato y podía adelantarse a sus movimientos. Luego de un momento, el gato no tuvo otra opción que huir.

EL hombre volvió al templo para pedir un consejo, estaba desesperado. El monje, piadoso, le obsequió uno de sus gatos, un gato que vivía en el templo zen. Era de color gris y parecía perezoso, nada ágil y parecía que siempre dormía. El hombre se extrañó mucho, pero lo llevó a su casa. Esa noche, el gato solo permaneció echado en medio de la pequeña sala del hombre. La rata salió a retar al gato, pero éste la miró de reojo y decidió descansar un poco más. La rata titubeó, mirando al gato que no se acercaba ni parecía inmutarse.

Así pasó la noche, y el gato parecía dormir siempre. La rata se acostumbró a la presencia del inofensivo gato, así que decidió salir y hacer de las suyas en la casa. Cuando pasó despreocupada por el costado del gato, éste, de un zarpazo la mató y se la comió.

Anónimo de tradición zen

Haiku

La soledad es
un gato silencioso,
en la azotea.



Norberto de la Torre

martes, 15 de septiembre de 2009

Fígaro y Cielo crecen

Acá están Cielo y Fígaro a los 3 días. Bomboncitos felinos, ¿no?


Melusina es una mamá modernosa: sale, va viene, peeero no por eso descuida a sus bebés. Está atenta a lo que pasa con ellos. Y no le gusta que se los toquemos y fotografiemos. ¡Ufa!



El sábado, el pobre Frodo se acercó a olfatear a los gatitos y Kumari lo vio. ¡Para qué! Cuando ella lo tenís sometido a arañazos apareció también Melusina. ¡Otro para qué! Hubo que ayudarlo a huir...
Entonces Melusina agarró a sus gatitos, uno a uno, y se los llevó a un entretecho al que se sube por una escalera de obra apoyada en una pared, por donde pasa la chimenea de la calefacción central y donde yo le había preparado un nidito, porque sé que el lugar le gusta, pero ella eligió el otro que le ofrecíamos, en un placard que a ella le gusta.
Ahora, para ver a Cielo y Fígaro tengo que subir por la escalera, caminar en cuclillas e iluminarlos con la linterna frontal, esa que se usa en la montaña.



Este es el hermoso de Fígaro a los 9 días. Beuno...Yo soy la abuela humana y lo veo hermoso, ¿y qué?



Y esta es Cielo a los 10 días


Ahora puede dormir a pata suelta con los gatitos desparamados dentro del nido, que Kumari, como se ve en la foto, los cuida a ella y a los bebés. Y se los baña, se los baña, se los baña...



¿Alguien vio alguna madre posesiva por ahí?

lunes, 7 de septiembre de 2009

Fui abuela nuevamente!

El viernes 4 de setiembre a la nochecita tuve que viajar por un par de días. Dejé en casa a mi marido, mi hija y a Melusina a punto de dar a luz. ¡No sabía por cuál de ellos me tenía que preocupar más! Pero se las arreglaron muy bien.
Así estaba mi princesita Melusina el viernes




Y así estaba el sábado a la tardecita.
Los teléfonos celulares sonaban en varias localidades del país para comunicarnos entre los familiares la noticia de los nacimientos y que la princesa y los principitos estaban bien.


Algo me dice que el padre es Negriño...
Pero a Melusina no le gusta demasiado que los estemos sacando del nido para fotografiarlos.



Como si con una madre fuera poco... ¡Kumari no afloja con el matriarcado! Asistió el parto y ahora se instaló en el nido a cuidar a la madre y a los bebés.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Begonia

Begonia estuvo poco con nosotros.



Era paseandera... llegó...



...y se fue.

Lunita

Vale la pena leer este poema de Nadine Aleman...Pero no supe cómo hacer para mejor.
Hay que clickear la imagen para verlo en un tamaño de letra que se pueda leer.