lunes, 15 de junio de 2009

El gato sagrado de birmania


Hace mucho tiempo en la ladera del monte Lugh existía un monasterio consagrado a la diosa Tsun-Kyan-kse. En este monasterio vivía un monje llamado Mun Ha.
Este monje pasaba sus días en el templo del monasterio, meditando y orando a la diosa, encargada de purificar el karma de los sintientes para ayudarlos a alcanzar el estado de iluminación. La estatua de la diosa era de oro y sus ojos eran de zafiros, ya que con ese color representaban el poder de su mirada.
En las incontables horas de adoración, el monje era acompañado por su gato Sinh, uno de los gatos blancos con los extremos de su cuerpo marròn, que oficiaban de guardianes del templo. Este era un animal muy inteligente y noble, al que le gustaba observar el templo por horas con sus enormes ojos como dos monedas doradas.

Una noche el templo fue atacado por enemigos que venían a saquearlo. En el asalto, Mun Ha fue herido. Al ver esto, Sinh saltó sobre su amo para auxiliarlo, pero él ya estaba muerto a los pies de la imagen de la diosa.
Algo mágico pasó entonces. El pelaje blanco de Sinh fue cambiando a un color dorado, las patas que tenía aún sobre el cuerpo de su amo se convirtieron en blancas, tan blancas como la nieve de las montañas y sus ojos amarillos en azules, como los de la diosa. Los monjes comprendieron que aquello era una señal de la diosa yeso les levantó tanto el ánimo que lograron expulsar a los soldados del templo.
La diosa, que hizo el milagro, encomendó al gato Sinh que llevara el alma de su amo hasta el cielo.
Sinh pasó siete días y siete noches en ayuno velando por el cuerpo de su amo.Al septimo día Sinh murió y cumplió con el encargo de la diosa de llevar el alma de su amado Mun Ha al paraíso.
A partir de ese día todos los gatos del monasterio fueron transformados y se cree que cada gato Sagrado de Birmania es el encargado de llevar el alma de su amo hasta la última morada, una vez que éste muere.

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