viernes, 8 de mayo de 2009

Siempre hay con qué divertirse



Bombón y Salem crecían.
Todo parecía muy tranquilo otra vez. Pero llegó Melusina.
Negriño y Gandalf la aceptaron pronto y se integró con ellos a la mala vida, de trabajo y sufrimiento que llevan los gatos en esta casa. Pero Kumari, que todavía tenía a las dos bebés, no le tenía ninguna confianza.
Era suficiente que Melusina anduviera cerca para que ella cambiara la cara de madre amorosa con que miraba a sus hijitas por la de bruja a punto de atacar.


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